Avanzamos por el piso de abajo de esta mazmorra, donde encontramos un pasaje secreto y yo encuentro un libro de historia antigua de Ferelden.
Ivar se come una trampa de dardos casi de lleno.
Pasamos a una serie de cuevas en las que nos ataca un Shade gaseoso, y cuando comenzamos a defendernos aparecen un Ash Wraith y un Revenant.
Nos dejan bastante lastimados, pero los vencemos. Luego de vencerlos, percibo que El Velo es fino en este área, lo que explicaría la facilidad de estas criaturas para pasar a nuestro plano.
Logro recuperar y conservar los ojos del Revenant. Los investigo como puedo en el momento, y encuentro que todavía tienen magia en ellos. Parece posible extraer la esencia del Revenant de esos ojos.
Avanzamos por el camino y encontramos a la nena llorando en un rincón de lo que parece ser una cripta subterránea. De a poco la convenzo de que la familia no la odia, y de que le conviene venir con nosotros, pero ella insiste en que está bien en la cueva porque "sus amigos" la pueden proteger, y que nosotros somos malos.
Eventualmente la manipulamos horriblemente hablando de cómo la vamos a dejar ahí, sola, comiendo "muerto a la parrilla" y que los templarios que son malos la van a buscar para encerrarla en una torre.
Leandra nos explica que está preocupada porque cree que no va a tener más amigos que los no-muertos de la cueva, que vivir en el exterior como maga o aventurera significa nunca tener amigos, y lo justifica diciendo que es por eso mismo que nosotros no estamos con nuestras familias.
Le explicamos que nosotros somos amigos, y finalmente le digo "Al principio nos fuimos de nuestros hogares por la aventura y el tesoro... Pero luego descubrimos que... el verdadero tesoro... eran los amigos que hicimos en el camino"
Ivar y Asta prácticamente se parten el cráneo con el poder de su facepalm, pero la frase cursi convence a Leandra, que viene con nosotros.
Cuando la niña se levanta y comienza a avanzar se escucha repentinamente una voz grave que parece no venir de ningún lado diciendo "Nooo, no se van a llevar al Conducto" y acto seguido la cueva empieza a derrumbarse. Salimos corriendo, casi arrastrando a Leandra, y Asta casi no llega a salir, pero finalmente logramos escapar sin heridas.
Robert, que estaba esperando afuera, dice que la nena no puede volver al pueblo y que si llega a quedarse. va a llamar a los templarios porque nadie en el pueblo va a poder contenerla y enseñarle a controlar su magia.
Eventualmente, lo convencemos de llevarnos a la nena, convencer al pueblo de que ella murió en el derrumbe, y explicarle la verdad a la familia para que se vayan del pueblo con ella.
Asta e Ivar van a hablar con Brianna y Richard, los padres de Leandra, para explicarles este plan, y yo me quedo con Manchita, mi halcón y la niña en un cruce de caminos donde acordamos encontrarnos luego.
Mientras espero el regreso de Ivar y Asta, siento una energía rara proveniente de la entrada de la cueva y veo que de ésta sale una especie de tubo o rama, que tiene una textura entre madera y metal, que eventualmente se parte y cae al piso.
Me aseguro, mediante medios para nada cuestionables, de que nadie va a explotar si toco esta vara y al analizarla descubro que es un bastón de Heartwood repleto de energía entrópica (Blackened Heartwood Staff: entropy +2)
Los padres de Leandra le dicen a Asta e Ivar que quieren llevarla con los templarios para que sirva al reino, "protegida" del mundo que no la va a entender. Ivar y Asta responden que todo eso son patrañas, que viviría encerrada por siempre y que no van a permitir que se la lleven los templarios. Los convencen de llevársela a Denerim para hablar con Vann Nicola y conseguirle un tutor, explicando que no es la primera vez que lo hacemos.
Los padres aceptan, se despiden de Leandra y le dicen que le escribirán cartas en la que la tratarán como si se llamase Rebeca y viniese de Sothmire, para que no la identifiquen. Emprendemos camino de vuelta hacia Denerim.