Tue 9th Feb 2021 02:42

Llegando al Lapso

by Maalik Maldonado

Acaba de pasar la primavera, es un día lluvioso en Tarragona.

Agnes (Catoblepon)


Agnés tiene una semana para preparar su examen de genética. Ya está cayendo sobre la mesa de sueño, pero escucha un ruido que no es el de la lluvia viniendo del pasillo del edificio.
La luz de su escalera está prendida, y escucha los ruidos de alguien tirando de alguna clase de cuerda.
Ella se acerca al sonido, y ve que proviene de un armario de servicio. En el suelo, ve un charco junto a un balde. Ella busca dentro del armario, pero no encuentra nada y ve que el sonido viene del ascensor. Se dirige al ascensor y lo llama, pero no hay nada dentro.
Agnes trata de limpiar el agua para que no entre en el ascensor, pero el agua está llegando a él y metiéndose en las máquinas.
 
Ella trata de manejar la caja de cambios, pero siente un pinchazo en su brazo, que le duerme la mano. Encuentra un cable cortado. Regresa a su casa, y ve que la pila de ropa sucia no está. Revisa alrededor, pero decide ignorarlo y volver a estudiar. Cuando regresa, encuentra que sus hojas y notas están repentinamente todas ordenadas. Al sentarse, se siente más despierta que antes.
 
Agnes decide que es todo un sueño y va a dormir. Entonces, encuentra que tiene una pila de ropa doblada sobre la cama. La lleva de vuelta a la pila de ropa sucia y se acuesta, pero entonces escucha un golpe seco. Trata de mirar con la linterna bajo la cama, pero encuentra una criatura brillante que refleja la luz de la linterna y la deslumbra. Aparta la linterna y el brillo disminuye, y puede ver que la criatura que lleva una gorra y sería más alta que ella si se pone de pie se está arrastrando fuera de la habitación. La criatura sale al rellano, se queda quieto al borde de la escalera y se hace bollito.
 
Agnes le abre el ascensor, y la criatura la mira, con grandes ojos sin pupilas que le producen una sensación antinatural, como si al fondo de sus ojos hubiese una estrella muy pálida. La criatura se mete al ascensor y Agnes le envía abajo y baja las escaleras para abrirle la puerta. La criatura se queda quieta frente al ascensor. Agnés le pregunta si necesita ayuda, pero la criatura no le responde, solo le mira expectante y dirige una mano al ascensor. Agnés envía el ascensor al primer piso, y al mirar por el hueco del mismo ve otra criatura, que está produciendo los ruidos que ella escuchó.
 
Agnés intenta comunicarse con la criatura, que le señala una línea oscura entre el charco y la fregona. Estira la mano, Agnés le da la mano y la criatura parece disolverse en un charco de agua naranja que pasa por el hueco de la escalera, sube, y envuelve los pies de la segunda criatura, que se gira y empieza a seguir el rastro, siguiendo el hueco del ascensor. El sonido cesa. Agnés se esconde, y la otra criatura llega hasta donde encuentra la ropa de la primera, cae de rodillas al suelo y levanta la ropa como si estuviera afligido. Revisa en esa ropa, como si estuviera buscando algo, cuando termina con la ropa, empieza a revolver el charco.
 
La mano de Agnés le pesa. Mira y encuentra un objeto parecido a una moneda abombada, que emite un pequeño destello naranja. Sale de su escondite, para acercarse con cuidado con la intención de dejarle el objeto. La criatura se pone de pie levantando consigo la ropa, y se comprime hasta meterse por la cerradura del armario de servicio en un segundo. Al abrir el armario, Agnés no encuentra nada dentro y decide que es todo la falta de sueño y se va a dormir. Trata de volver a dormir, y al cerrar los ojos y dormirse puede ver alguna clase de luz naranja. La sigue y la toca, y su mente “sigue” la luz, y se encuentra a sí misma flotando en un túnel de aire, rodeada de colores. Lo único alrededor es la criatura que se fue por la cerradura, que está volando. Ella ve que a cientos de metros hay una puerta, y la criatura se está dirigiendo a ella de cabeza.

 

Velasco (EvanArix) y Lionela (Lilinnet)


En el bar, el vigilante del almacén del puerto había estado mencionando que han estado faltando cosas del inventario que estaban faltando, y que habían figuras que no podían ser distinguidas claramente aún si uno les ilumina.
 
Velasco y Lionela se dirigen al almacén del puerto, no hay vigilante en ningún lado. Abren la puerta y encuentran las pilas de cajas de un envío reciente. Abren una de las cajas con una barreta, y ven una especie de niebla en su interior. En unos cajones, encuentran unos parches y dossieres, y los roban.

Velasco trata de forzar una cerradura en un cajón con su barreta, pero no puede así que intenta con una ganzúa. Abre el cajón y encuentra dos bolas que se agitan al tocarlas rodeadas de niebla. Las bolas salen escapando velozmente, dejando un grueso camino de sombra opaca detrás, que agita y se come la luz a su paso. Velasco toca la sombra, pero no siente nada en particular. Al apuntarle con una linterna, la sombra parece esforzarse en tragarla, y se escucha, del otro lado del almacén, un grito desesperado y antinatural.
 
La luz de la bombilla se escapa de la misma y se aleja del ser. Se vuelve a escuchar el grito, Velasco se dirige a ella, se encuentra una criatura en un cajón, retorciéndose, es larga y parte de ella sale del cajón y queda en el suelo. A la luz de la única bombilla que queda, alguien vestido con una capa oscura se acerca a la criatura y la golpea levemente con el pie para verificar si sigue viva. Se esconden nuevamente en la oficina, y escuchan golpes de algo acercándose. Cierran la puerta y las dos bolas se posan allí. Ambos tratan de mantener la puerta cerrada pero la criatura logra abrir la puerta de un golpe, empujando a Lionela y entra, parándose frente al cajón.
 
La criatura le tira las bolas de nieve a ellos, y los toma de las manos. Ellos sienten que sus mentes se van por las rendijas de la puerta, y llegan a una escalera de caracol de piedra oscura. Una criatura les encuentra.

”Lo siento. Siento que estéis en esta situación. No se como han llegado aqui ¿Les he hecho daño?”

“¿Dónde estamos?”

“Es una buena pregunta. Pueden adivinar que no soy una persona humana. Vais a pasar por un proceso complicado. Me gustaría decir que será fácil de entender y agradable, pero no lo será. Me gustaría pedirles que me sigan y les llevaré a un lugar más cómodo, aunque no puedo pedirles que confíen en mí. Me llamo Copérico. Les voy a llevar a un sitio que es para gente como vosotros”

 
Copérico comienza a bajar las escaleras, les explica que es como pasar de un lado al otro del espejo. Llegan a una sala hecha de esta piedra, y luego a una puerta.
”Me disculpan, nuevamente, por haberlos puesto en esta situación”

 

Maalik


Estoy paseando por el muelle, en mis pensamientos. Escucho un grito, delante mío a la derecha, antinatural, extraño. Corro hacia el callejón, y entro en un callejón con un contenedor. Hay basura, y un manto negro que alguien pareciera haber puesto sobre el callejón. En el fondo, una figura estirada en el suelo.
Para llegar a la figura, debo pasar a donde está este manto negro, que se siente frío y raro. La figura es alta, y está tirada frente al contenedor. Tiene dos ranuras en su chaqueta de donde salen dos cosas finas que parecieran como alas. Tiene un bastón al lado, y parece tener sangre alrededor. Le tomo de los hombros y le miro, comienza a llover al mismo tiempo. Su piel es color verduzco pálido, ojos rasgados y cerrados, como si durmiera. Está respirando. Le toco la cara y reacciona de golpe abriendo los ojos y tomándome de la ropa.
 
Le pregunto si está bien, pero no responde, se pone de pie, toma su bastón y mira alrededor, y se dirige a algún sitio. Se acerca a una alcantarilla, me acerco y me quedo cerca, le pregunto si está bien y me empuja, le hago un gesto de que no quiero hacerle daño. La alcantarilla tiembla, le apunto con la linterna y la criatura hace un gesto de que me vaya, me alejo muy lentamente hacia atrás. Algo la toma de los pies y la trata de arrastrar a la alcantarilla, cuya tapa sale volando.
 
Le agarro de la mano para ayudarla, y veo en sus ojos algo, miedo, que se dispara en una dirección. Por una de las ranuras de mi camisa algo está entrando y tira de mi mano. Hay un flash y al abrir los ojos encuentro que estoy en un ascensor de carga lleno de cajas. Sentada en las cajas está la criatura, con las alas extendidas.

”Veo que has despertado. Vamos a saltarnos las cortesías, me llamo Bondía, si, soy un hada, no, no estás soñando. No soy humana, estás confuso, sí, de momento, dejame hablar. Esto va ser complicado ¿Cómo te llamas? ¿Te llamarás igual si te pregunto en 5 minutos? Voy a ser sincera. Acabas de ver cosas, y te compraste un viaje en un solo sentido. Estamos yendo a un lugar que no es la tierra. Como cortesía me puedes hacer una pregunta.”

“¿Que era lo que estaba llevando a la alcantarilla?”

“Es muy poético de mi parte, es una representación del mal, es lo que pasa si pones todo lo malo en una incubadora a ver qué sale. Es una sombra de todo lo malo, le llamamos Aparición”

“Que hacía ahí, para que te quería?”

“Eso es más de una pregunta, además, ya llegamos”

El ascensor se detiene.
 

Julián (Melu)


Es de madrugada. Hace frio.
Julián está paseando por la playa, se tropieza y se cae en la arena, y nota que los cordones de sus zapatos están atados entre sí. Se saca los zapatos y medias, y al mirar alrededor ve pisadas que avanzan desde la ciudad. Los sigue, van en zigzag. Encuentra una criatura, le dice “Me hiciste caer, ahora te toca a ti”. La tira al piso y la criatura se pone en pose como de pelear, pero es casi cómico.
“Yo solo quiero jugar” le dice Julián.
Con una voz muy aguda e infantil le responde en catalán
Te enseñaré yo lo que es jugar!
, Julián le muestra su abrecartas y le pregunta si en lugar de eso no quiere hacer un intercambio. La criatura sigue hablando en catalán, y le hace gesto de beber.
 
Julián le ofrece agua.

NONONONONO
la criatura sigue hablando velozmente en catalán mientras Julián le mira sin entender.
”Que no me entiendes? Alcohol! Beber! Dame!”

”No tengo alcohol pero tengo algo parecido que te puede interesar”

“Psicotrópicos?”

“Sí”
“nonono, las drogas están mal”

 
Luego de conversar algo más, la criatura se mete por una papelera, y Julián al acercarse se ve arrastrado. Llega a un barco, que está siendo navegado por la criatura.
”¿Qué haces tú aquí? ¿Hemos tomado los psicotrópicos tuyos?”
”Donde estamos?”
A la criatura se le pone la voz muy aguda y veloz
”Bueno te puedo decir donde NO estamos, no estamos en tu casa, no estamos en la playa. No estamos en la tierra

 
La criatura se pone nerviosa, suelta el timón y toma alcohol. Julián le pregunta su nombre, y la criatura le dice que se llama Llàtzer y que “puede que” le haya arrastrado accidentalmente cuando se fue de la tierra. Le señala adelante, donde el río está por pasar por un túnel. Le dice que no pasa nada, que a lo mejor no le dejan entrar y que puede decir sus últimas voluntades.
 
Entran en el tunel, que termina en una puerta. Hay un ser de unos 3 metros de piel pálida, gris, vestido extrañamente como con armadura, con la bandera de la ciudad en el pecho. Alrededor de su cuello lleva una barrera de fuego azul, en sus manos lleva un hacha enorme. Abre la puerta por la que pasa agachado y pone una mano adelante.
 
Julián se presenta. Llàtzer saluda a su “jefecito” nerviosamente. Su jefe le pregunta lentamente si estuvo bebiendo de nuevo, y le dice que “esta es la última vez”
 
La nueva criatura le dice a Julián
”Lo siento mucho, todo esto es nuevo, estamos aquí para ayudarte. Soy el capitán Belmonte. El capital de la guardia del Lapso de Tarragona.”

“¿Que es el Lapso?”

“Donde estás ahora”

“¿Y por qué necesita un capitán?”

“No todo el mundo que llega al Lapso tiene buenas intenciones. Tal vez tu no las tengas, pero tu confusión me dice que debemos darte el beneficio de la duda. Sal de la cápsula”

Julián sale, ve un cielo vacío, sin estrellas ni nada. Parece estar en una playa, pero sabe que no lo es. Todo se ve similar, pero, al mismo tiempo, nada es igual. En el fondo, se ve a gente discutiendo con Llàtzer.
 
Belmonte le ofrece sentarse en una silla, pero la silla parece a veces tener cuatro patas, a veces tres, es inestable. Julián dice que no. Belmonte llama a que traigan al otro humano.

 

Martín (Ynarkael)


Martín se encuentra con una cosa agarrandose del borde de su ventana, a punto de caerse. Él abre su ventana y trata de ayudar a la persona a subir, pero se lastima el brazo, la criatura le agarra a él y ambos caen, pasando por algún sitio. Se encuentra a una criatura,una chica nerviosa, que le dice que se llama Yama.
 
Martín le dice que asume que está en un sueño y les pregunta si es su musa. Yamale dice que no, y llama a un tal “Zacarías”, que viene, vestido con un atuendo militar histórico.
Oh, espera aquí, que ahora voy por el capitán

La criatura, con signos de puntuación y todo, le hace aparecer una explicación en su cerebro. Yama parece estar llorando. Zacarías le pone una mano en el hombro y le dice que le dará explicaciones, y lo lleva a la garita, con Yama.
 
Llegan a donde están Julián y los demás. Llàtzer está avergonzado, casi renqueando se acerca a una silla y se sienta. Belmonte comienza a explicar.

“Esto es el lapso, no es la tierra, se parece mucho a la tierra. Cuando tu te sientes feliz, triste, mal, cuando piensas en una imagen de cómo es el mundo, todo eso aparece en tu cerebro. Eso no desaparece. Es un residuo que no se disipa. Va hacia abajo. Y llega aquí”

“Entonces, esto es un vertedero de ideas”

“Emociones, pensamientos. Todos nosotros aquí somos un vertedero de emociones y pensamientos.”

Belmonte continúa explicando que una parte de ellos estará quedando allí, y que Yama lo ha traido, tal vez accidentalmente. Martín pregunta si está ahí trabado allí por siempre.
“Ustedes pueden ir y venir si quieren. Pero no pueden… volver.”

“Y si no queremos volver?”

“Eso es decisión de ustedes. Yo no pude volver. No quise volver. No pude volver. Una parte de ti queda en este sitio. Puedes volver. Pero una parte de ti pertenece a este sitio. De nuevo, lo siento.”

Belmonte les cuenta que les llevarán a un lugar que han hecho para que lo habiten los humanos, alejado de la ciudad. Yama les lleva a tomar un tren, hasta cerca de la ciudad. Ven un montón de seres, que parecen gárgolas, robots, duendes, hadas, trolls, gente enmascarada.

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